21 jul 2013

Reivindicar la amistad es un acto de subversión



Honrarla y llenarla de vida es un camino que atraviesa y supera los límites del estrecho horizonte social que se nos ofrece. Solo hay lugar para el individuo como un engranaje aislado, limitado, perdido, solo, en una maquinaria que nunca se comprende del todo. De ahí surgen las boludeces metafísicas, filosóficas y religiosas de intentar buscar una explicación, una razón o un destino a la vida. Sobreviene así la depresión en sus diferentes formas, enfermedad de nuestra época por excelencia. Deviene también la indiferencia, la lucha individual por sobrevivir, la competencia con los pares y los micromundos grises que dividen a la humanidad en todo tipo de pedazos.

No elegimos el mundo al que venimos, ni la hora, ni el lugar. Se nos presenta de antemano y nos trata de ofrecer un destino. Y el hombre o mujer que es arrojado a la existencia aparece como un insecto frente a la sociedad que se le levanta enorme frente a él. Como si la única opción sería adaptarse, buscar un huequito y ahí morar hasta morir.

Pero sin embargo, este destino trágico levanta y hace surgir voluntades individuales, ideas y fuerzas personales que se rebelan primero instintivamente y luego sólidas y concientes, se transforman en convicciones. Erróneas o no, se empieza a notar que pese a todo, existe el sujeto, existen sus actos y sus ideas. A veces incluso, estos individuos se asocian, se juntan, se aman y hasta pueden juntos soñar con cambiar el mundo. El color y la magia aparecen así y se ve que no solo hay personas, sino grande grupos con  intereses comunes a los nuestros y profundas fuerzas esperando a ser desencadenadas.

La amistad verdadera adelanta algo de esa sociedad por la que soñamos y luchamos, que lleva ese hermoso nombre que señala sencilla pero contundentemente otro futuro: la comunidad. Y puede también, mientras en eso estamos, hacernos felices y disfrutar de alguna manera, un momento juntos y hasta quién les dice, una vida juntos.
F.N.

13 jul 2013

“Estamos hartos de que las elecciones nacionales sean una interna partidaria”

Estas declaraciones vuelven a resonar en la política argentina. Ya se habían escuchado cuando el PJ presentó tres candidatos a presidente: Menem, Rodríguez Saa y Kirchner (en ese momento presentado como el “chirolita” de Duhalde). Hoy suena nuevamente cuando todos los bonaerenses se verán obligados a participar de otra interna: la de la UCeDé. Aunque esta vez nadie se pelea por ser el heredero natural de ese partido, sino como algo “más amplio”, “novedoso”, como parte de la nueva política.

Declaraciones y acusaciones cruzadas
Desde un boliche VIP rodeado de prominentes vedettes Insaurralde disparó contra su competidor Sergio Massa:
- “ese es un cheto neoliberal que viene de la UCeDé”
Pero el intendente de la Miami criolla no se quedó atrás:
- “ese es un yupi neoliberal que quiere ocultar su pasado en la UCeDé”
Pero eso no quedó ahí, luego siguieron las acusaciones. Insaurralde disparó “yo soy peronista de verdad, no uno de esos yupis que se presentan como “lo nuevo”, unos despolitizados favorecidos por la tinellización de la política que sólo se muestran sonrientes y rodeados de Barbies”. Massa le contestó: “yo me hice desde abajo, desde el barrio, a ver cuando este careta va a meter las patitas en el barro… yo no necesité ir a lo de Tinelli (la corpo) y simular un romance con la compañera Florencia Peña para hacerme famoso”.
El tema de la “gestión” tan caro al neoliberalismo, fue otro tema de acusaciones cruzadas. “Esto de mostrarse desideologizado, de mostrar a la política como una gestión, como una oficina de atención al cliente, mientras se hacen actos con luces de colores y personajes de la farándula es algo que los argentinos que le hablamos a los descamisados, en contra del capital, no lo vamos a permitir. Ni Fucuyama llegó tan lejos. ¿Quién te hace la campaña? ¿Duran Barba?” disparó uno de ellos contra el otro. Pero este periodista ya no se acuerda quien de los dos fue el que lo dijo.
La discusión sobre la inseguridad, algo que nos preocupa a todos los argentinos de bien, también fue parte del intercambio. En este caso Insaurralde debió reconocer: “Sergio en eso me lleva la delantera, cuando veo todas esas cámaras instaladas en la ciudad y sé que nos están espiando, me corre un frio por la espalada. Y yo soy menos conocido, pero ojo que eso me puede jugar a favor, porque hay algunos que me confunden con el chaqueño Insaurralde, ex defensor de Boca. Y si uno ve las patadas durísimas que repartía mi tocayo, puede pensar ‘si este va a ser tan duro contra los negros villeros que te afanan, como lo fue con su plancha contra las rodillas del bando enemigo, yo lo voto’, ¿no?”, especuló el intendente de Lomas de Zamora. Y luego señaló entre carcajadas “puedo poner como spot el planchazo que el chaqueño le puso en la cabeza a Stracqualursi, es muy bueno”, y prosiguió “¿sabés en que equipo jugaba ‘Stracqua’? En Tigre!!! Jajajajaja, que plato!”.

El pacificador
Ante tanta acusación cruzada, alguien tenía que salir a desmentir e intentar reestablecer el dialogo. El elegido fue nada más ni nada menos que nuestro “Amado” Boudou en una entrevista exclusiva, una entrevista VIP podríamos decir, desde su piso en Puerto Madero, nos contaba: “ya me tienen harto con esto de los prontuarios, me estresan… el otro día me tuve que comprar un spa acá en el barrio para sacarme las contracturas, imagínate… no podía ni sonreír, ni tocar la guitarra, ¡ni chamuyarme a una minita podía!... sorry, yo en esa no me meto”. Y continuó “además, acá somos todos peronistas de Perón, ya salen a decir que Martín o que Sergio eran de la UCeDé, que eran privatistas, que eran menemistas, que son unos yupis desideologizados y faranduleros… falta que lo digan de mí!”. Y luego agregó socarronamente, “el otro día me llegó que anda circulando por ahí que yo en Mar del Plata además de ser el CEO de un boliche re top, militaba en la rama universitaria de la UCeDé y cantaba ‘universidad bacana, bacana y al que no le gusta: picana, picana’… ¿a vos te parece que alguien con esta carita – me dice mientras me guiña un ojo – podría caer tan bajo?"

Desde arriba
Pero hay alguien que se ilusiona con sus muchachos. Él. Los mira desde arriba. Desde el cielo de los grandes hombres de esta querida patria. Los ve jóvenes, talentosos, pujantes. Llenos de ambición, de ganas llevarse el mundo por delante y salir en las tapas de todas las revistas. Sabe que el tiempo de siembra ya ha pasado y se ilusiona al ver como sus retoños han empezado a florecer. Y con una gran sonrisa los observa ascender en la exclusiva pasarela del poder, mientras que las declaraciones de Cabandié sobre los peces en el Riachuelo le recuerdan a su querida hija María Julia.

MURALLA